24 de Diciembre 2012
Comer y cenar con cava en las fiestas navideñas
Ya tenemos pensado el menú para la comida de Nochebuena y la cena de Navidad. Pero todavía nos faltan los vinos que acompañarán nuestros platos o el cava. ¿Por qué no? Una propuesta diferente que maride adecuadamente nuestra cena o nuestra comida puede ser diferente y resultar elegante, seductor e interesante para todos los comensales. Todos nos preguntamos ¿cómo armonizar cada plato del menú con el cava? Hemos seleccionado algunas sugerencias que nos ayudarán a elegir el cava idóneo de forma práctica y sencilla.
El cava es un vino espumoso que, sin darnos cuenta, y bien presentado en una mesa da un toque de glamour y atractivo indudable. Algunas consideraciones previas: primera, hay que tener en cuenta que el carbónico del cava armoniza con los 4 sabores básicos: salado, dulce, ácido y amargo. Segunda, que si optamos por empezar con cava ya no hemos de cambiar a vino y que su temperatura de servicio para jóvenes es de 6° a 8°, y los crianzas entre los 8° y 10°. Tercera, para mantener el cava hay que introducir las botellas en un recipiente que contenga mitad de hielo y mitad de agua, unos 45 minutos antes de su consumo. Cuarta, las copas idóneas para servir el cava son de cristal blanco y transparente, altas y preferentemente en forma de tulipa para visualizar la columna de burbujas que forma y disfrutar con plenitud de su aroma. Se aconseja sujetar las copas por el pie para no calentarlo. Y quinta, la botella de cava debe cogerse por el cuerpo no por el cuello y no debe sobrepasarse al llenar la copa sus dos tercios.
La presencia de las burbujas, ascendiendo en la copa aflautada (“el rosario”), su aroma y su baja graduación alcohólica (10-12º) son aspectos que todos conocemos. Pero vamos a ir un paso más allá con la crianza del cava: Según el tiempo de crianza un cava puede ser:
■ Joven de 9 a 15 meses
■ Reserva de 15 a 30 meses
■ Gran reserva más de 30 meses
Y, según la cantidad de azúcar añadida, tendremos los tipos siguientes:
■ Brut Nature hasta 3 g, sin ser añadido
■ Extra Brut hasta 6 g de azúcar por litro
■ Brut hasta 12 g de azúcar por litro
■ Extra Seco entre 12 y 17 g por litro
■ Seco entre 17 y 32 g por litro
■ Semiseco entre 32 y 50 g por litro
■ Dulce más de 50 g por litro
Aglutinando, entre otros factores, los alimentos del menú, el tiempo de crianza del cava y su contenido en azúcar, podemos estar en condiciones de elegir un cava adecuado para cada plato.
Así, en líneas generales, tendremos que para entrantes y aperitivos con mariscos, embutidos, canapés, queso, pescados, etcétera, las recomendaciones suelen ser con cavas de tipo BRUT o EXTRA BRUT JOVEN por su acidez y sabor afrutado. Cuidado con el vinagre de las ensaladas que, siempre, se lleva muy mal con el vino en general y con el cava también.
Para las carnes, caza y asados, así como alimentos más condimentados y de mayor elaboración, lo adecuado serían los cavas GRAN RESERVA EXTRA BRUT o BRUT NATURE. Tienen cierta crianza y aportarán más cuerpo a estos platos.
Finalmente, para los postres, la mejor opción es un CAVA SEMI-SECO o DULCE, que aporta el frescor y la suavidad necesaria para después de la comida o cena.
Y, ahora, ya sólo falta que lo consumamos pausadamente y disfrutando con los cinco sentidos.
¡Mejor en buena compañía…. pero también sin ella!