4/6/2012
¿Qué hay bajo el suelo de Río Tinto?
Parte 2
Los científicos sospechan que ahí abajo está pasando algo. El proyecto IPBSL (Iberian Pyrite Belt Subsurface Life) continúa la tarea de otro anterior denominado Marte, con el que ya demostraron la existencia de las bacterias hasta una profundidad de hasta 160 m. Ahora se trata de saber quiénes son, como trabajan, donde se aglutinan estos seres del mundo oscuro. “Las villas o pueblos diseminados de los microorganismos son interesantes, pero para aprender mejor sobre ellos hay que ir a la gran ciudad, donde están todos”, explica Ricardo Amils director del proyecto.
La gran ciudad sería el reactor de microorganismos que mueve la actividad del subsuelo. Probablemente no es un lugar físico único, si no toda la Faja Pirítica Ibérica. Dentro de ella, donde haya agua y mineral, los microorganismos van tener actividad. Eso sí, a un ritmo lento, geológico, pero sin detenerse año tras año. Tan solo alguna variación estacional por las fluctuaciones en el nivel del agua.
"Las bacterias del subsuelo son mucho más numerosas de lo que pensamos". El biólogo Francisco López de Saro dice sobre las bacterias que “hay estimaciones que indican que su biomasa total podría superar al de las plantas, además del enorme volumen que ocupan bajo la ‘piel’ de la Tierra”.
Una investigadora especialista en microorganismos sulfatorreductores se esfuerza en en alimentar a sus microbios insuflándolos metano e hidrógeno en varios tubos, otra estudia la diversidad microbiana de todos los testigos recogidos amplificando su ADN. Por su parte, una geóloga experta en los procesos de biomineralización de minerales carbonatados (indicadores de la presencia del agua y relacionados con el origen de la vida), analizará los compuestos sulfatados característicos de estos suelos.
En cualquier caso la mayor parte del material se analizará en el Centro de Astrobiología en Madrid, en un proceso lento y laborioso. La microbióloga Nuria Rodríguez dice que “los cultivos de estas bacterias en el laboratorio son muy difíciles –sólo el 1% es cultivable– y pueden tardar meses, incluso años, hasta que surge una actividad que se pueda medir”.
La científica también tratará de detectar uno de los compuestos clave en los estudios en Marte: el metano. “En la Tierra la mayor parte del metano lo producen los microorganismos y las sondas que orbitan el planeta rojo han confirmado la presencia de este gas en su atmósfera” afirma el director del proyecto.
El geólogo David Fernández protege con sus brazos su tesoro: un testigo con pirita, el alimento de los pequeños habitantes de la ciudad subterránea. “Esta es la señal que daba la geofísica y a la que queríamos llegar”. Para el director del proyecto, Ricardo Amils, “se trata de la primera evidencia seria de la presencia masiva de pirita, de la que las bacterias obtienen su energía”. Los investigadores están satisfechos porque ya han encontrado el agua y ahora el alimento de los microorganismos. El siguiente paso será descubrir los productos de su digestión: el ácido sulfúrico y el ión férrico.
Fuente: Centro Español de Astrobiología (CAB-INTA) y SINC