11 de Abril 2013
El líder mundial de producción de mejor calidad de grafeno es español
Gracias a su capacidad para aislar por primera vez en 2004 el grafeno, los profesores Kostya Novoselov y Andre Geim, de la Universidad de Manchester, obtuvieron el Premio Nobel en el año 2010. Desde entonces se ha multiplicado el interés por un material que está llamado a revolucionar numerosas industrias por su conductividad, su flexibilidad o su resistencia.
Pero el salto a primera plana de la actualidad se ha producido con la elección por parte de la Unión Europea de las investigaciones sobre el grafeno como uno de los dos proyectos estrella del llamado Horizonte 2020. Ya antes de dicho anuncio, numerosos centros de investigación se han destinado a su estudio por toda la geografía mundial, así como multiplicado las peticiones de patentes basadas en sus potenciales aplicaciones prácticas. En China se solicitaron más de 2.200 el año pasado, frente a las 1.750 de Estados Unidos, con IBM a la cabeza, o las 1.100 de Corea del Sur gracias a Samsung.
Sin embargo, lo que la mayor parte de la gente desconoce es que una de las pocas plantas productoras de grafeno a nivel mundial, y la líder en cuanto a la generación de material de la mejor calidad, se encuentra en Guipúzcoa y pertenece a una start-up con apenas tres años de existencia llamada Graphenea sueño de un emprendedor llamado Jesús de la Fuente.
En efecto, frente a la producción en polvo, usada como sustituto del grafito o como complemento de la fibra de carbono, destinada más a mejorar aplicaciones industriales ya existentes y que cuenta con 30 o 40 actores alrededor del planeta, entre ellos el Grupo Antolín o Avanzare en La Rioja, la firma vasca se ha centrado en la fabricación de láminas o wafers de alto valor añadido, reemplazo de, por ejemplo, el silicio, con múltiples utilidades en el ámbito electrónico, aeronáutico, energético o médico.
Su planta es única en Europa y la mayor en cuanto a output del mundo. Eso sí, las cifras son aún irrisorias. El mercado total del grafeno alcanzó los 9 millones de dólares en 2012 (sí, nueve, no falta ningún cero) y la capacidad productiva de Graphenea es de 50.000 centímetros cuadrados al año o 700 obleas de cuatro pulgadas. Un trabajo casi artesanal que le ha llevado a facturar apenas 130.000 euros en el año que acaba de concluir, con una previsión de subir a 350.000 en 2013, gracias a una plantilla que apenas supera la decena de personas.
Sin embargo, mucho más importante que el volumen es, a día de hoy y de cara al futuro más inmediato, la posesión de la tecnología y el perfeccionamiento de los procesos para tratar el material. De hecho, solamente la empresa vasca, de las 74 seleccionadas por la Unión para el desarrollo de su programa de ayudas, trabaja el sistema de films. Se espera que la facturación alcance en 2020 los 126 millones de dólares, una minúscula cantidad, en la que Graphenea contará con una línea de 130 millones de centímetros cuadrados de capacidad, el equivalente a 45.000 obleas de doce pulgadas.