1 de Abril 2013

Burdeos, la gran zona vinícola de Francia

Octava parte

 

Saint-Émilion, capital de la Merlot
A 40 km al este de Burdeos, en las laderas de la orilla del Dordoña, se encuentra la bella población de Saint-Émilion, cuyo casco antiguo está declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Aquí, en una zona de poco más de 8 x 3 km, podemos encontrar el monocultivo más intenso de todo el Bordelés, con 5.400 ha de viñedos plantados sobre diversos suelos y cerca de mil empresas vitícolas, de las que 400 no son más que minifundios productores de uva.
Se practicaba la viticultura desde el siglo III d.C., iniciándose su explotación por los legionarios romanos que roturaron la meseta de Saint-Émilion y la de su vecina Pomerol. Su nombre se debe a que en una cueva cercana se instaló un eremita bretón de nombre Émilion en el siglo VIII. Tras la muerte del ermitaño, y con el transcurso de los años, y los siglos, la villa se convirtió en un auténtico centro de peregrinación espiritual, amén de lo excelso de sus vinos, y la cueva en la que habitó el eremita se transformó en una iglesia hipogea monolítica que, en la actualidad, sigue impresionando por sus dimensiones y su ambientación.
La AOC (denominación de origen controlada) de Saint-Émilion data del año 1936 y sus suelos son de cuatro tipos:
Ø El terroir más significativo es el “plateau”, con sus formaciones de caliza sobre las que descansan capas más delgadas de caliza arcillosa o arcilla arenosa.
Ø Las “côtes”. Los suelos de estas laderas se han formado como resultado de la erosión y se diferencian más por la inclinación y exposición que por su composición.
Ø La zona de Graves  con su suelo de gravilla y grava gruesa al Noroeste, en el límite con Pomerol.
Ø Sables, la meseta de arena al este y al oeste de la población que forma una de las zonas más importantes.
El rendimiento medio está en 45 hl/ha, con un clima oceánico templado y con unos microclimas que pueden ser muy variables en función del año vinícola, entre el verano y el invierno, con una temperatura media anual de 13 º C.
La variedad dominante es la Merlot (algo más del 60 por ciento del viñedo) de excelente maduración, seguida de la Cabernet Franc (30 por ciento), y otras variedades minoritarias como la Cabernet Sauvignon, Malbecy algo de Carmenère.

Sus vinos no se distinguen sólo por la diversidad de sus suelos sino también por la gran diferencia de las proporciones en la mezcla correspondiente de las tres variedades principales anteriormente aludidas.
Las clasificaciones en Saint-Émilion se hacen de la forma siguiente. La Comisión Calificadora de los vinos con la mención de Grand Cru, Grand Cru Classé y Premier Grand Cru Classé, está compuesta por nueve miembros y tres suplentes, exigiendo un inventario de las tierras y operaciones, así como los cambios efectuados en los últimos diez años; todo tipo de documentos que indiquen el precio de la venta de los vinos durante los últimos diez años y también una serie de muestras de los vinos producidos en los mismos diez años.
Con ello, se reúne la Comisión Calificadora y exige otro buen número de requisitos para cualquier clasificación vitícola como que corresponda a una bodega con identidad propia, económica y de cultivo suficiente para la elaboración de vino; tener al menos el cincuenta por ciento del total del viñedo capaz de producir vinos con derecho a utilizar la designación de Saint-Émilion Grand Cru, con viñedos de más de doce años; tener, durante los últimos diez años, al menos siete certificaciones como Saint-Émilion Grand Cru; no cambiar las botellas de los vinos producidos y en el mercado de las categorías Grand Cru Classé y Premier Grand Cru Classé, etcétera. En suma, unos parámetros y unos requisitos de entrada y de permanencia en la clasificación a la altura de los extraordinarios vinos producidos.
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