16 de Diciembre 2013
La pirita: el “oro de los tontos y el oro de los pobres”
Segunda parte
La pirita tiene un color amarillo claro y un brillo metálico, y al golpearla con un martillo vemos que es quebradiza y que puede reducirse a un polvo negruzco grisáceo oscuro donde desaparece el brillo. Lo mismo ocurre si la raspamos en la parte de atrás de un azulejo donde dejará una raya negruzca.
El oro en cambio tiene un color amarillo que no lo pierde, y al golpearlo con un martillo es maleable, es decir, se deja reducir en láminas muy finas. Si raspamos el oro en la parte posterior del azulejo presentará una raya amarilla dorada clásica. En cuanto al peso específico también existen diferencias notables con el oro. La pirita es cinco veces más pesada que un volumen igual de agua; el oro es diecinueve veces más pesado. Respecto a la dureza, se utiliza la denominada Escala de Mohs (relación de diez minerales ordenados por su dureza, de menor a mayor, del 1 al 10), donde el oro tiene una dureza de 2,5 a 3 mientras que la pirita tiene 6,5 demostrando así ser mucho más dura que el oro. Con estas mínimas características puede ya diferenciarse sin problemas.
La pirita en superficie, al ser atacada con agua y oxígeno, forma ácido sulfúrico natural. Esto es lo que se conoce como drenaje ácido y muchos ríos de montaña que atraviesan por filones de sulfuros lo tienen. Los grandes yacimientos de pirita se han explotado para la fabricación de ácido sulfúrico por un lado y para la obtención del hierro por el otro. Algunos de los mejores cristales del mundo de pirita, de forma cúbica, con perfectas cristalizaciones doradas, provienen de Navajún(La Rioja), donde se forman y crecen en una arcilla calcárea blanca.
Entre los más importantes yacimientos de pirita se encuentran los depósitos masivos en cuencas marinas como los de Río Tinto (Huelva). Precisamente Río Tinto recibe el nombre del color que toman las aguas que corren sobre esos depósitos piríticos.
También en buena parte de la zona norte de Argentina hay buenas y numerosas manifestaciones de pirita. Prácticamente todas las vetas metalíferas de la región de la Puna la tienen como mineral acompañante asociada a minerales de plomo, zinc, cobre, antimonio, estaño, plata, entre otros. Cuerpos masivos de pirita yacen en profundidad intercalados con rocas marinas en la localidad de Cobres, en la Sierra de Cobres (Argentina).
Sin embargo, donde podemos encontrarla formando grandes acumulaciones es en los ya mencionados pórfidos de cobre, donde está finamente diseminada junto a calcopirita en un gran volumen de roca ígnea que ha sido atravesada por fluidos mineralizados calientes. Aquí, la erosión destapa esos depósitos magmáticos originados durante millones de años, a dos kilómetros de profundidad y con altísimas temperaturas, provocando un desequilibrio en los minerales que quedan expuestos a la presión y la temperatura ambiente. Es en ese ambiente oxidante donde las aguas circulantes atacan a la pirita y la calcopirita, dando lugar en superficie a una serie de minerales clasificados como óxidos, hidróxidos, sulfatos, carbonatos y otras sales minerales de hierro y cobre.
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