25 de Noviembre 2013

El cobre es mucho más que un metal

El cobre es fundamental para la vida humana; cumple tareas importantes como la prevención de la anemia y enfermedades óseas, detención del daño celular y la promoción de un desarrollo fetal adecuado entre otras.
El cobre forma parte y se encuentra en nuestra vida diaria. Circula en forma de moneda, corchetes y tornillos, está en los fertilizantes y pesticidas, se transforma en máquinas y herramientas, luce radiante en bronce y latones de todo tipo y, también, está presente en las nuevas aleaciones de alta dureza o de alta conductibilidad, en los superconductores, en fusiones con efectos de memoria para las computadoras, en el desarrollo de la siembra y cosecha de especies marinas, incorporándose  decididamente a un mundo que cada día resultará más cómodo y más seguro. Sin embargo su presencia es débil en el sistema más importante de todos: el cuerpo humano.
Estudios efectuados en China, EEUU y Europa han revelado que muchos adultos no reciben cantidades óptimas de cobre. Los cálculos basados en encuestas a dietas individuales indican que más del 30% de las dietas proveen menos de 1,0 mg de cobre al día -cantidad que a menudo se considera como el umbral mínimo de cobre que el organismo requiere-.
Algunas de las consecuencias, a largo plazo, de bajos niveles de cobre para la salud, pueden presentarse con cuadros de condiciones inflamatorias y degenerativas, incluyendo osteoporosis y enfermedades cardiovasculares. También puede afectar al desarrollo del feto, sobretodo en el último trimestre de gestación, ya que es cuando se necesita una cantidad mayor del metal para asegurar un desarrollo neuronal apropiado.
Mientras la investigación sobre los beneficios del cobre en la salud crece, según el doctor Carl Keen, presidente del Departamento de Nutrición y profesor de Nutrición de Medicina Interna en la Universidad de California (treinta años estudiando los efectos de los micro nutrientes en la salud humana), “para asegurar la ingesta adecuada de cobre a través de los alimentos, la mejor manera de pensar en el cobre es junto al hierro y al zinc, como un trío, destaca.
El hierro ha mantenido un perfil altamente nutricional por su carácter fundamental en la prevención de la anemia, especialmente en las mujeres; el zinc ha destacado por su potencial inmunitario; finalmente, el cobre puede ser llamado el “nutriente cenicienta”, ya que está siendo elevado a la categoría e importancia que merece, junto al hierro y al zinc, como nutrientes y compuestos minerales necesarios en la dieta de los seres humanos.

 

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