De acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), los cosecheros, elaboradores, productores, consejos reguladores, bodegas y cooperativas vitivinícolas tienen ante sí los retos siguientes:
*** Consolidar los vinos españoles en el mercado interior y exterior;
*** Incrementar la competitividad de nuestros vinos sustanciándose en la idea de innovar para la creación y desarrollo de nuevos productos, optimizando los procesos de producción y gestión.
*** Mejorar la comercialización y aumentar su presencia en redes de distribución equilibrando el binomio cantidad-calidad.
La consecuencia directa de estos retos y desafíos, debidos en buena medida a la alta competitividad e internacionalización de los mercados y a un nivel de exigencia mayor de los clientes, se ha plasmado en la realización de un estudio, efectuado entre diciembre de 2015 y enero de 2016, efectuado por Interban Network, a través de encuestas telefónicas y correo electrónico a un número de 417 bodegas, tomando como muestra a 69 de ellas, elegidas de forma estratificada, con una facturación superior a 2,5 millones de euros, identificando los principales desafíos a los que se enfrentan las bodegas y cooperativas españolas.
TIPSA, consultora especializada en el desarrollo e implementación de soluciones de gestión empresarial mediante el sistema VINOTEC, integra todas las actividades de bodega como administración y finanzas, elaboración, gestión comercial y marketing vitivinícola, estando presente este sistema en más de 200 bodegas españolas.
En síntesis, los datos del estudio, presentados por áreas operativas, son los siguientes:
Trabajos de Campo.- El 34 % de las bodegas y/o cooperativas encuestadas considera que tiene una complejidad alta, frente al 49 % que considera media la dificultad o el 17 % para quienes el grado de dificultad es baja.
Proceso de Vendimia.- La dificultad resulta elevada para el 58 % de los encuestados, frente al 20 % que sitúan su dificultad como media y un 22 % como baja.
Trabajos de Bodega.- En este aspecto la dificultad resulta alta para el 36% de los encuestados, frente al 43 % para quienes la dificultad es media y el 21 % para quienes la dificultad es baja.
Proceso de Trazabilidad y Seguridad Alimentaria.- Esta es una de las fases con mayor complejidad en su gestión, no sólo por su implantación, sino por los propios términos en los que afecta implementar un sistema de trazabilidad desde el origen del producto hasta la puesta en el punto de venta al consumidor. Aquí, el grado de dificultad es medio-alto para un 84 % de las empresas y bajo tan sólo para el 16 %.
Proceso de Etiquetado.- Como una fase del proceso de trazabilidad, el etiquetado tiene una dificultad media-alta para el 74 % de las empresas y baja para el 26 %.
Proceso de Logística.- Presenta una dificultad media-baja para el 73 % de las empresas y alta para el 27 %.
Proceso de elaboración de libros, declaraciones e impuestos especiales.- En este apartado también se aprecia una dificultad muy elevada en su adecuada gestión, suponiendo un nivel de dificultad media-alta para el 89 % de las empresas y baja tan sólo para el 11 %.
Trabajos de Gestión de Calidad.- Representa para un 44% de las empresas un trabajo de elevada complejidad, para un 39 % un trabajo de media complejidad y tan sólo para un 17 % una tarea de baja complejidad.
En las áreas de las empresas vistas hasta ahora, resulta palmario que las gestiones relacionadas con la elaboración y presentación de libros, declaraciones e impuestos especiales, bien sea ante la Consejería de Agricultura de la Comunidad Autónoma correspondiente, del Consejo Regulador de la DO o de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), suponen una carga de elevada complejidad para el sector, así como también en lo referente al control y gestión de la trazabilidad, en contraste con el nivel de complejidad menor que suponen los trabajos y tareas sustanciales propios de la actividad como tareas de campo, vendimia, vinificación, transportes, etcétera.

Fuente: Fuente: cortesía de TIPSA