JUNIO 2018
Los efectos del cambio climático se apreciarán más en los viñedos del sur peninsular
13 Junio 2018
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), ha explorado en todo el territorio español varios índices bioclimáticos que contribuyen a definir la cantidad de uva producida y su calidad, factores clave para analizar la competitividad de la producción de viñedo.
Los resultados finales señalan y confirman que, de cara a afrontar un previsible aumento de temperatura así como un descenso de precipitaciones, será necesario adoptar medidas y estrategias de adaptación de los viñedos a las nuevas condiciones con objeto de mantener la competitividad en el mercado internacional de los vinos de alta gama.
En opinión de los investigadores, la adopción de las medidas resultarán más necesarias en los viñedos de la mitad sur peninsular, considerando que, para que la adaptación sea más eficaz, las acciones individuales de los productores deberán favorecerse con acciones de carácterpolítico e institucional, flexibilizando criterios de producción para optimizar la relación clima-viñedo.
En el año 2017, y según datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv),España, con casi un millón de hectáreas de terreno dedicadas a viñedos, es el primer país del mundo en superficie destinada a este tipo de cultivo; el primer país en el ranking mundial como exportador de vino en volumen que no en precio, y, en términos de producción, es el tercer país después de Italia y Francia. La producción de vino en España data de hace tres milenios aproximadamente y es una actividad con implicaciones económicas y culturales de gran importancia economía, social y cultural.
En este marco, estudiar cómo garantizar la competitividad del sector del vino en una situación de cambio como la que predicen las proyecciones climáticas durante los próximos años, se convierte en una necesidad. Este ha sido el objetivo del trabajo que han llevado a cabo investigadores del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales de la UPM, un centro mixto de la universidad con la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) y AGROMUTUA-MAVDA.
La tipicidad de los vinos y las estrategias de producción de uva vienen definidas en gran medida por el clima, por lo que es necesario evaluar las consecuencias del cambio climático tanto en la calidad de la uva como en el potencial productivo de la viña, ya que parece probable que acabe influyendo en primer lugar en el rendimiento económico de la explotación, y, en segundo lugar, en la capacidad del sector vinícola para competir en los mercados.
Las proyecciones climáticas para dentro de 50 años prevén un aumento de las temperaturas, un descenso de las precipitaciones y un gran aumento de las olas de calor y sequía en gran parte de la península ibérica. Pero, además, predicen efectos locales heterogéneos debido a la compleja topografía. Teniendo en cuenta que un posible aumento de temperatura alargaría el ciclo de la planta y reduciría el riesgo de heladas, pero siendo excesivos estos extremos el crecimiento se acortaría, resulta determinante poder anticiparse a los posibles riesgos para el cultivo de vid de cara a los próximos años y, por tanto, es necesario estudiar de forma combinada la información climática con el estudio geográfico de los principales índices de zonificación vitivinícola.
El estudio de los índices bioclimáticos describe para las denominaciones de origen protegidas (DOP)de vinos de España consecuencias potenciales muy complejas para el viñedo, según indican los investigadores. Las buenas noticias señalan que, en zonas concretas, el aumento de temperatura alarga el ciclo de la planta y reduce el riesgo de heladas, mejorando el rendimiento y posiblemente la calidad de la uva en zonas con vinos de alto grado de acidez por falta de maduración. En cambio, si el aumento es excesivo, la duración del periodo de crecimiento se acorta y esto tiene un efecto negativo en la calidad de las bayas al ocasionar un exceso de madurez y azúcares en la uva.
En territorios de los Valles del Tajo, Guadiana, Guadalquivir y costa del sudeste, las condiciones futuras son un gran reto para el viñedo, sobre todo desde el punto de vista de calidad. En otras zonas productoras como el valle del Duero, valle del Ebro, Galicia y Cataluña, los investigadores entienden que las dificultades para producir vinos de calidad tal vez sean menores, pero es indiscutible la necesidad de cambiar o adaptar el cultivo al aumento de la temperatura que predicen las proyecciones climáticas, añadiéndose, como un tema no menor, la dificultad de mantener el riego en la mayor parte de las zonas ya que es casi impensable que la superficie para riego pueda aumentar.
Fuente: SINC
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