El Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) ha reclamado un mayor control y trazabilidad de los productos ecológicos en el seno de la UE. Según su último informe sobre el tema, el sistema de control ha mejorado en los últimos años, pero persisten algunas dificultades, por lo que son necesarias medidas adicionales para subsanar las insuficiencias que siguen existiendo en los Estados miembros.
Estima el TCE que los precios que pagan los consumidores por los productos con etiqueta ecológica de la UE a veces son considerablemente más elevados que los de los productos convencionales y recuerdan que la gran mayoría de productos ecológicos consumidos en la UE se producen en su ámbito territorial.
Los mismos auditores del TCE manifiestan que no existen pruebas científicas para determinar si un producto es ecológico, y que por lo tanto para garantizar a los consumidores que los que compran lo son realmente, resulta imprescindible un sistema de control sólido que abarque toda la cadena alimentaria, desde los productores a las empresas del sector agroalimentario, los importadores y los distribuidores, señalando que la Comisión Europea desempeña un papel central en la supervisión del sistema de control.
El sector ecológico de la UE ha crecido con rapidez en los últimos años. Los auditores hicieron un seguimiento de su anterior informe de 2012 y evaluaron si el sistema de control de la UE de la producción, transformación, distribución e importación de productos ecológicos ofrece ahora mayores garantías a los consumidores. Además de efectuar un seguimiento en los seis Estados miembros visitados previamente, se realizaron visitas de control en Bulgaria y Chequia. Los auditores constataron que el sistema de control ha mejorado y que en general se han aplicado sus anteriores recomendaciones. Los Estados miembros auditados previamente han tomado medidas para mejorar sus sistemas de control, la Comisión ha reanudado sus propias visitas de control y ahora ha visitado la mayoría de los Estados miembros.
Sin embargo, precisan que siguen existiendo algunas insuficiencias. Así, refieren que la aplicación de medidas de ejecución para sancionar los casos de incumplimiento no se ha armonizado en toda la UE, y las autoridades y órganos de control de los Estados miembros son en muchas ocasiones lentos en la comunicación de tales casos.
La auditoría abarcó más extensivamente los regímenes de importación. En 2018, la UE importó productos ecológicos de más de 100 países terceros. Los auditores constataron que la Comisión ha comenzado a visitar órganos de control en los propios países exportadores de productos ecológicos a la UE, observandoclaras insuficiencias en los controles efectuados por los Estados miembros de los envíos entrantes y constataron que, en algunos Estados miembros, los controles realizados por los órganos de control a los importadores seguían siendo incompletos.
Cuando los auditores llevaron a cabo un ejercicio de trazabilidad de productos ecológicos, dentro del territorio de la UE, y teniendo en cuentas las mejoras producidas en los últimos años, constataron quemuchos productos no pudieron rastrearse hasta el productor agrícola y en algunos casos el ejercicio de trazabilidad duró más de tres meses.
Por todo ello, el Tribunal de Cuentas Europeo ha dirigido a la Comisión las tres admoniciones siguientes:
Uno.- Que subsane las insuficiencias que persisten en los sistemas de control y en la presentación de informes de los Estados miembros;
Dos.- Que mejore la supervisión de las importaciones, a través de una mejor cooperación con los organismos de acreditación y las autoridades competentes de otros grandes mercados de importación;
Tres.- Que realice controles de trazabilidad más completos de los productos ecológicos.