MAYO 2019
El Enoturismo se consolida y madura en 2018. Segunda parte
29 Mayo 2019
En cuanto al número total de visitantes, nacionales e internacionales, a bodegas y museos por las Rutas del Vino en 2018, se consolida un año más la Ruta del Vino y Brandy del Marco de Jerezcon 582.351 visitantes, continuando Penedés como la segunda Ruta más visitada, con 441.467 visitantes y, en tercer lugar, Ribera del Duero con 383.142 visitantes, cifras que, en conjunto y separadamente, se encuentran positivamente incrementadas pero en porcentajes que en ningún caso superan el cinco por ciento. Así, se confirma un incremento total de visitantes del 1,4 %, 0,8 % y 1,2 % respectivamente.
Con respecto a la distribución mensual de visitantes de bodegas y museos durante los doce meses del año, un año más se confirma que el otoño y la primavera son las temporadas más activas en la práctica del enoturismo, continuando con los mejores datos los meses de agosto y septiembre y octubre como parte del período vacacional y coincidiendo con la vendimia. De hecho, se repite el mes de octubre como el mes que mayor número de visitantes recibieron las Rutas del Vino de España en 2018, con un total de 334.430 visitas, siendo enero el peor mes en cifras de visitantes en casi todas las rutas que, en conjunto, no superan los cien mil visitantes.
De los datos expuestos anteriormente, se infiere que el conjunto deLas Rutas del Vino de España, como producto de gran valor por su contribución a la desestacionalización del modelo turístico general, contribuye al equilibrio territorial y la sostenibilidad del turismo en los distintos territorios, así como al fomento e impulso en la generación de empleo con especial hincapié en el medio rural.
En el capítulo referente al precio y gasto medio realizado en bodega y museos, en 2018 el precio medio de las visitas a bodegas ascendió a 9,79 euros por persona, con una ligera subida medida respecto a 2017 que se estableció en 8,38 euros, incremento también anotado en el gasto medio por visitante en la tienda de bodega que supone 19,98 €.Por el contrario, y respecto a los museos de las 27 Rutas del Vino, el precio medio de la visita ha caído con respecto a 2017 en 60 céntimos, situándose en 4,07 euros con respecto a los 4,68 euros de 2.017.
Así pues, y a pesar del descenso en el número de visitantes en 2018, el impacto económico directo en las bodegas y museos de las Rutas del Vino se cifra en 80.967.646, lo que representa un crecimiento del 20,5 % respecto a 2017 (67.191.579 €) con un incremento superior a 13 millones de euros. Desglosando el impacto económico total, corresponde a bodegas 72.609.080 €, y a los museos 8.358.566 €
De todo lo expuesto, y analizando el conjunto de los datos extraídosdel referido estudio del Club del Producto Rutas del Vino de España-ACEVIN, pueden extraerse las conclusiones siguientes:
En primer lugar, el mayor valor en conjunto sobre el gasto directo generado por los enoturistas (más de 13 millones de euros), a pesar del descenso en el número de visitantes por la baja de las dos rutas del vino referidas.
En segundo lugar, el impacto económico estimado de 240 millones de euros en el conjunto de las Rutas del Vino de España, pues además de las bodegas y museos existen otros agentes y operadores cuya actividad económica es de mayor cuantía que la propia de la actividad del vino, como son el conjunto de la tipología de establecimientos de restauración, alojamientos, comercios y otros centros de actividades de diversa naturaleza que participan indirectamente del enoturismo.
En tercer lugar, la consolidación y madurez del producto enoturístico en España como una realidad que contribuye al desarrollo económico y social del medio rural de forma sostenible, y a la fijación de población, ofreciendo servicios más profesionales y de mayor valor añadido, con unos precios más elevados y un mejor posicionamiento de las visitas conforme a la oferta efectuada por las bodegas.
Para finalizar, y con respecto a futuro, resulta necesario reforzar las diferencias de los diferentes destinos enoturísticos, especializándose en los productos y/o segmentos de demanda más interesante por sus características e identidad vitícola, el grado de desarrollo y los recursos disponibles, profundizando en la desestacionalización del modelo turístico general, y enoturístico en particular, continuando con un firme y decidido impulso y promoción de la internacionalización y acercamiento hacia el segmento más joven del mercado.