ABRIL 2020
La garantía de calidad de los productos agroalimentarios en la UE
29 Abril 2020
Los alimentos europeos son muy nutritivos, seguros y de elevada calidad, en los que los métodos tradicionales de producción contribuyen al objetivo de la Unión Europea (UE) para convertirse en una referencia mundial sobre sostenibilidad en la producción y transformación de los mismos.
El conjunto de los productos agroalimentarios y, en especial, los vinos, están cubiertos y protegidos por Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) e Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), mientras que las bebidas espirituosas están cubiertas por Indicaciones Geográficas (IG). Se trata de diferentes mecanismos que garantizan a los consumidores que los productos amparados por ellas se elaboran y fabrican en una región específica, utilizando su “saber hacer”(“Knox how”), así como las técnicas y procesos de fabricación acumulados durante el tiempo en la región, provincia, comarca o zona determinada. La principal diferencia entre las DOP y las IGP se encuentra en el porcentaje de la materia prima que procede de la zona o en las fases del proceso de producción que deben realizarse en la zona específica de que se trate.
Además, la UE también mantiene una protección especial respecto a las Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG), que ponen de relieve todos los aspectos tradicionales de un producto, pero sin vincularlo a una zona específica, a diferencia de las DOP e IGP. Es el caso del Bacalhau de Cura Tradicional Portuguesa. Estas denominaciones de productos forman parte del sistema general de derechos de propiedad intelectual e industrial de la Unión, que los protege contra la imitación y usurpación.
La Comisión Europea ha publicado un estudio en el que afirma que el conjunto de las Indicaciones Geográficas representa un volumen de ventas de 75.000 millones de euros, correspondiendo una quinta parte de dicha cifra a las exportaciones a terceros países, concluyendo que el valor de venta de un producto con denominación de origen protegida supone, de media, el doble que el de productos similares sin certificación. Entre las principales conclusiones del estudio, referidas al año 2017, cabe destacar las siguientes:
Primera.- Significativo valor de ventas.
Las DOP e IGP, así como las ETG representaron, en conjunto, un valor de 77.150 millones de euros (7 % del total valor de ventas del sector europeo agroalimentario y de bebidas). El sector del vino representa casi la mitad del valor (39.500 millones de euros). Por otra parte, de las 3.207 denominaciones de origen de productos registrados en 2017, el desglose es el siguiente: el 49 % eran vinos, el 43 % productos agroalimentarios y el 8 % bebidas espirituosas.
Segunda.- Sobre valoración de los productos protegidos y garantizados.
El valor de las ventas de los productos examinados representó, como media, el 100 % del valor de las ventas de productos similares sin certificación de garantía.
Tercera.- Política agroalimentaria europea.
Todos y cada uno de los países europeos del estudio (28 en 2017 con Reino Unido), cuentan con productos agroalimentarios protegidos por denominaciones de origen que son protegidas a nivel europeo como exponentes del patrimonio tradicional del sector agroalimentario de sus países miembros.
Cuarta.- Exportaciones de Indicaciones Geográficas
Las indicaciones geográficas representan el 15,5 % del total de las exportaciones agroalimentarias de la UE, siendo el sector del vino el producto más importante, tanto en términos de valor, con un 51 %, como de comercio exterior en volumen, con un 50 %. Estados Unidos, China y Singapur son los principales destinos de los productos con indicación geográfica de la UE, representando la mitad del valor total de las exportaciones de estos productos en el año 2017.
En definitiva, el conjunto de las Indicaciones Geográficas europeas reflejala riqueza y la diversidad de productos ofrecidos por la riqueza del sector primario europeo protegiendo, además, el valor local a nivel mundial.
Fuente: Unión Europea