FEBRERO 2020

Evocaciones mineras. El complejo minero del Cabezo Rajao en La Unión. Primera parte

Por ello, la minería desde tiempos remotos, ha sido una actividad básica para el progreso económico y técnico de la humanidad y la seguridad en el abastecimiento de recursos minerales ha sido siempre, y continúa siendo, un objetivo estratégico de política económica.
Ahora bien, para acometer la satisfacción de la necesidad social de materias primas minerales es preciso tener en cuanta sus características y las de los procedimientos para disponer de una oferta adecuada a su demanda.
La característica principal de las materias primas minerales es su carácter no renovable, por lo que su existencia en el territorio nacional ha sido considerada siempre una riqueza y ha motivado que se les denomine recursos. No obstante, hay que señalar que la extraordinaria variedad, tanto de la abundancia en la naturaleza de sus diversos tipos como de la importancia de su utilización, matizan aquella condición y la relativizan.
Así, el uso y manipulación de las sustancias y materias primas minerales ha estado ligado al desarrollo de las poblaciones, estando muy relacionadas las épocas de progreso de la humanidad al empleo de una nueva materia prima mineral (edades de piedra, bronce, hierro, carbón, acero, petróleo…).
Ya, durante la Edad Media, la minería en general sufre un retroceso, reactivándose ligeramente durante la edad moderna y, especialmente, en los siglos XIX y XX, en los que el proceso industrializador fuerza el despegue definitivo.
Es una constante, que el desarrollo de la industria minera ha estado siempre sujeto a complicadas variables que influyen decisivamente, como son las derivadas de los recursos y los yacimientos; su carácter no renovable, la heterogeneidad, las leyes poco constantes y su ubicación en un lugar exacto, así como las derivadas de causas de carácter socioeconómico como son las fluctuaciones de los mercados, los medios de transporte y los condicionamientos y exigencias sociales de cada momento.
La industria minera, como cualquier otra actividad económica, tiene períodos de recesión a los que hay que procurar anticiparse, y teniendo en cuenta que una planificación y proyección de futuro en minería debe contar con extensos períodos de tiempo en investigación (entre 3 y 10 años e incluso más tiempo).
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