SEPTIEMBRE 2020
Productividad agrícola vs mitigación del cambio climático
2 Septiembre 2020
Examinando el informe del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRB) denominado “Revisión del apoyo público a la agricultura para mitigar el cambio climático”, parece desprenderse la dificultad en la conciliación de la mitigación del cambio climático y el aumento de la productividad agrícola. Sin embargo, reorientando una parte de las subvenciones agrícolas se puede responder a este desafío eficazmentemediante un uso inteligente de los recursos naturales, así como a través de la restauración y la conservación de las tierras cultivables, en unión de la puesta en marcha de prácticas agrícolas y de innovación en materia de gestión.
El BIRB, que forma parte del Banco Mundial y es propiedad de los 189 países que lo integran, considera que aumentar la productividad de la agricultura mejorando la eficacia del uso de los recursos naturales constituye la estrategia más importante para mitigar las emisiones agrícolas.
Por ello, y con este objetivo, habrá que aumentar la producción tanto por hectárea de tierra cultivada o de pasto, como por kilogramo de abono y otros insumos químicos, por animal, por kilogramo de alimentos para animales o incluso por litro de gasoil o kilovatio-hora de electricidad. Así, la mejora de la calidad de los alimentos para los animales puede reducir las emisiones por kilogramo de leche o de carne, puesto que consumen forrajes más nutritivos, engordan más rápido o producen más leche sin aumentar las emisiones de dióxido de carbono de manera comparable.
También, la calidad de los alimentos puede mejorarse mediante mejores prácticas de pastoreo, por el uso de hierbas más nutritivas y por empleo de forrajes mejor cortados ytransportados, reduciendo y/o suprimiendo el consumo de combustibles fósiles y sustituyéndolo por energías renovables cuya utilización permitiráa las explotaciones agrícolas reducir sus emisiones.
Otro tipo de prácticas agrícolas que pueden contribuir a mitigar las emisiones de dióxido de carbono. Es el caso de la separación de los sólidos del estiércol de los líquidos y la captación y la combustión del metano generado por las fosas de estiércol para reducir las emisiones de los efluentes de la ganadería.
La mejora de la gestión y práctica agrícola y ganadera también puede reducirse mediante la utilización de incentivos, ayudas públicas y subvenciones en materia de formación y puesta al día para adquirir los conocimientos y las herramientas necesarias que impulsen la puesta en marcha de medidas de gestión con baja intensidad de carbono.
En definitiva, toda clase de iniciativas que mejoren la gestión de las prácticas agrícolas y ganaderas, así como de las explotaciones de ambas, para reducir las emisiones de dióxido de carbono favorecen una mayor protección y cuidado del clima que, en términos de emisiones contaminantes, significa una mitigación del cambio climático y una reorientación de las prácticas agrícolas hacia usos más productivos y sostenibles.