Vega Sicilia, un mito del prestigio y la exclusividad
Tercera parte
Recordando lo dicho respecto a la fundación de Vega Sicilia, allá por 1.864, cuando se plantaron las primeras cepas en la parte occidental de la actual DO Ribera del Duero, la ya mítica bodega ha sabido conservar para sus marcas, Reserva Especial, Único y Valbuena, esa exclusividad de vino de colección, de capricho y de objeto de deseo muy difícil de conseguir. La familia Álvarez, para mantener, y aumentar si cabe, esa leyenda y prestigio sin par, funciona con un sistema único de distribución de sus vinos: su venta directa se limita a los clientes que conforman una lista cerrada, donde cada uno de ellos tiene un cupo asignado.
Así, algunos clientes pueden adquirir tres botellas al año y otros (restaurantes, tiendas especializadas, vinotecas, agencias de exportación…..) pueden adquirir hasta algunos cientos de botellas. Estos últimos serán los que, en definitiva, hagan llegar estos tesoros enológicos a los que puedan pagarlos, teniendo en cuenta que, al tratarse de intermediarios, el precio tendrá un sobrecoste.
El interés principal de Vega Sicilia, además del exquisito cuidado de su viñedo, radica esencialmente en una crianza muy elaborada y singularizada de sus vinos, siendo esta circunstancia la clave para el particular estilo de su buque insignia “Unico”, cuvée principal de la bodega. En algunas añadas, Único es sin ninguna duda uno de los tintos más opulentos del mundo. Su aroma, de fruta secada al sol tiene un carácter y una personalidad verdaderamente singular e inigualable. En el paladar alcanza la plenitud y la redondez total, matizada por sus taninos ultra elegantes, perfectamente ensamblados y estructurados.
En el viñedo de la bodega, de una 250 hectáreas, predomina al 80 por ciento la variedad autóctona tinto fino o tempranillo de la Ribera (tinta del país) que, en sus parcelas más antiguas, está mezclada con cabernet sauvignon, merlot y malbec, sobre unos suelos arcilloso-calcáreos, en lugares pardos y en otros de tipo aluvial. Las precipitaciones no suelen superar los 500 mm anuales de media y se concentran, especialmente, en la primavera y el otoño. Este clima de tipo continental, se ve favorecido por una combinación de factores decisiva: de una parte, por las más de dos mil horas de media anual de sol y, por otra, gracias al río Duero, con sus neblinas y brumas matinales que son una fuente adicional de humedad que contrarresta las horas de insolación.
El riguroso control de calidad establecido por la bodega y el esmerado cuidado de todo el proceso arranca ya desde la propia cepa -no podía ser de otra forma-, con unos rendimientos que no superan los 22 hectólitros por hectárea; con un número de vides de unas 2.200 por hectárea, con una producción inferior a dos kilos por cepa, gracias al sistema de poda en verde para eliminar racimos, no recogiéndose la uva si presenta una graduación inferior a 13 grados.
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