7 de Abril 2014

¿Distinguen los expertos un gran vino de uno normal?

Aficionados al vino, consumidores y público en general, e incluso profesionales del sector se sienten, en demasiadas ocasiones, un poco intimidados y acomplejados por algunos técnicos y especialistas del vino. El uso de un lenguaje -necesario para describir e  identificar términos y conceptos propios de toda ciencia- y una terminología ampulosa y academicista en ocasiones produce más distancia del consumidor habitual o aficionado al vino, resultando algo arrogante, de manera singular, cuando dicen lo que ha de beberse y lo que no para entrar a formar parte de un mundo de selectos en la élite del vino.
Ilustra perfectamente lo anterior, la entrevista aparecida hace unas semanas en la revista digital del vino Vinetur, con el profesor de Enología de la Universidad de Burdeos, Frédéric Brochet, cuyo primer contacto al mundo del vino con once años, fue en la bodega de su padre en la que, actualmente, se produce un millón de botellas al año en Château Domaine Ampelidae.
Brochet solicitó a 56 especialistas del vino que degustarán dos botellas de Burdeos, una etiquetada con un gran vino y la otra, como un vino de mesa corriente. En realidad, el contenido de las dos botellas era idéntico pero, en cambio, todos los expertos y especialistas se confiaron por los que esperaban degustar.
El profesor de Enología afirmó que: "De los 56 sujetos, sólo dos sospecharon que el vino de la etiqueta prestigiosa no era un gran vino, a todos los demás, ese vino de la etiqueta famosa les pareció un vino de gran calidad. Y de ese mismo vino, presentado con una etiqueta cualquiera dijeron que tenía un aroma poco interesante, que estaba avinagrado. En el caso de los expertos, cuando prueban un vino de calidad buscan sus virtudes, pero cuando prueban un vino barato, buscan sus defectos".
Además, Brochet también ejerce de especialista en una prestigiosa tienda de vinos de París (Cave Fauchon). Organiza catas ciegas informales para clientes de paso y profesionales, y en más de una ocasión ha cambiado una botella por otra. En una ocasión Brochet intercambió un Chateau Chamirey de 20 euros por un Nuits St Georges de 400. ¿Qué ocurrió?
A diferencia de sus experimentos más formales, aquí los asistentes pudieron comentar los vinos y ayudarse unos a otros. Sin embargo, la mayoría no notó el cambio. En el experimento, varios degustadores de vino dictaminaron que el Chateau Chamirey de 20 euros era superior al Nuits St Georges de 400, entre ellos el propio sumiller de la tienda que dijo que el falso Nuits St Georges "es mejor, más complejo y apreciado por los catadores, pero no por los aficionados".
En un conocido experimento Brochet demostró que los expertos ni siquiera pueden distinguir un vino blanco de uno tinto. Sirvió a otros 54 profesionales un vino blanco y uno tinto para compararlos. Pero en realidad eran el mismo vino, sólo que uno se había teñido de rojo con una gota de colorante. Ni un solo experto se dio cuenta.

Brochet afirma que ninguna botella de vino cuesta más de 15 euros de producción, y que en gran medida el alto precio de los vinos sólo es mitología y marketing. "Son los propios catadores los que crean las diferencias entre los vinos. Así que tenemos que confiar en nosotros mismos, es decir en nuestro gusto".
De todo ello se extrae la rotunda afirmación de Brochet, fruto de sus numerosos trabajos y experimentos: “la mayoría de los expertos en vino son incapaces de distinguir un gran vino de uno normal”.
Fuente: Vinetur

.