26 de Mayo 2014
El futuro de la minería a cielo abierto en España
Primera parte
La minería nació por la necesidad que tenían nuestros antepasados de la edad de Piedra, de crear instrumentos y herramientas cortantes y duraderas para la caza, la defensa frente a los animales, el tratamiento de las pieles, etcétera. Según los restos más antiguos encontrados en la zona de Etiopía -datan de hace 2,4 millones de años-, algunos de esos instrumentos y herramientas están formados por basalto, cuarzo o roca de sílice amorfa, a los que mediante percusión se les extrajeron lascas para tallar, aunque toscamente entonces, y presentar cierto filo en las puntas.
Esta actividad, la minería, que resulta sin duda, una de las más antiguas de la humanidad, es una actividad industrial de extracción de recursos minerales naturales, ya sean sólidos -minerales y carbones-, líquidos -petróleo principalmente- y gaseosos -gas natural-.
Siendo la actividad extractiva minera una actividad industrial más, aunque sin duda con un carácter muy singular, las actividades mineras pueden clasificarse, sustancialmente, en minería “a cielo abierto” o de superficie y minería subterránea.
La minería a cielo abierto comprende todo el conjunto de operaciones mineras que se desarrollan en la superficie de la corteza terrestre, a excepción de las aguas interiores y marinas. Sus impactos visuales, de ruido y de polvo son, en ocasiones, muy altos, motivo por el que hay que trabajar muy exhaustivamente las operaciones exploratorias y preparatorias antes de iniciar la explotación del recurso mineral propiamente dicha.
En la minería a cielo abierto, el coste unitario del movimiento de roca es bajo, desarrollándose en inmensas explotaciones que horadan la tierra. Generalmente, se trata de yacimientos mineros de baja ley -riqueza mineral- y de gigantescas dimensiones, así como la maquinaría, herramientas y transporte utilizado para disminuir costes y por economías de escala.
No obstante la mala prensa y un rechazo muy extendido de los ciudadanos menos informados sobre la actividad minera, la mayoría de las aplicaciones de los minerales metálicos y no metálicos (relojes, ordenadores, telefonía, aeronáutica, navegación, satélites, trenes, etcétera), así como los recursos energéticos (carbón, petróleo, gas natural, etcétera) y las rocas y piedras naturales (roca caliza, granito, mármol, arenisca, pizarra, etcétera), son indispensables y forman parte indisoluble de todos y cada uno de los elementos y actividades que integran la vida diaria de cualquier ciudadano.
En este contexto, el Gobierno español ha reconocido que las empresas mineras que mayores posibilidades tienen de poder seguir funcionando después de 2018, cuando desaparezcan las ayudas a la producción de carbón, son las titulares de explotaciones a cielo abierto y ello a pesar de que son las que menos subvenciones reciben.
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo, empresarios y organizaciones sindicales firmaron, en octubre de 2013, el Marco de Actuación para la Minería del Carbón en el periodo 2013-2018, que permitirá el mantenimiento de una cuota de carbón nacional en el mix energético suficiente para el funcionamiento de empresas del sector.
Eso sí, el panorama cambia a partir de 2018, cuando dejará de haber ayudas. El Gobierno apunta que "en principio las empresas que mayores posibilidades tienen de poder seguir funcionando después del año 2018, año en el que las ayudas a la producción de carbón tienen que desaparecer, serán las titulares de explotaciones a cielo abierto, aunque también es posible que algunas explotaciones subterráneas continúen con su explotación".
Hay que tener en cuenta que, actualmente, en Asturias, sólo hay dos minas de carbón a cielo abierto, que son las de Tormaleo, en Ibias, y Cerredo, en Degaña. Estas explotaciones pertenecen a las dos empresas mineras del grupo del empresario leonés Victorino Alonso, en concreto a Coto Minero Cantábrico, firma que está en proceso de liquidación, y Unión Minera del Norte (Uminsa), que está en concurso de acreedores, con lo que su futuro es muy preocupante.
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