10 de Junio 2015

Bodegas Buezo: de la calidad a la excelencia

Segunda parte

 

 

 

El conjunto del edificio de la bodega se erige y entierra en la necesidad de transmitir vivas emociones en un equilibrio constante entre su entorno y la construcción que amortigüe el posible impacto, aunque leve, que necesariamente se produce. Todo un diseño sobrio, sin concesiones a lo innecesario, funcional y con un aire minimalista, para intentar conseguir de una forma natural las condiciones más idóneas que permitan óptimas elaboraciones de vino apelando a criterios de sostenibilidad, con grandes áreas de formas, espacios y luces, perfectamente integradas.
Dos extensas áreas dividen el edificio, una dedicada a la elaboración y la otra a la crianza, con un gran pasillo central que vertebra a las dos. A través de ese gran pasillo central por el que penetra la luz, ésta se difunde naturalmente inundando las zonas de trabajo de la bodega.
Aquí, los grandes espacios y las alturas forman parte de la propia naturaleza y filosofía de producción del vino. Un diseño de arquitectura lineal, formado por rampas y planos inclinados permite que la actividad de trabajo en la zona de elaboración se lleve a cabo por gravedad, como una forma técnica de trasvase del líquido en todo el proceso productivo desde la recepción de la uva hasta la botella, preservando así de forma natural la máxima calidad.
La zona de crianza y guarda se distribuye en dos grandes estancias de temperatura y humedad controladas, en las que la tenue luz y ausencia de ruido posibilita una reposada evolución del vino en las mejores condiciones.
El diseño de todas las instalaciones está pensado para que el recorrido del vino sea el estrictamente necesario, utilizando maquinaria y bienes de equipo de última generación con fundamento en los métodos tradicionales, disponiendo en cada instante del proceso de un exhaustivo control de la temperatura, con depósitos troncocónicos de acero inoxidable y tinas de roble francés. El puente grúa facilita el transporte por gravedad en todos los hitos del proceso facilitando, con fundamento en los métodos tradicionales de elaboración, una mayor extracción de color, aromas, sabor, cuerpo y calidad.
Las instalaciones se complementan con un laboratorio perfectamente equipado para el análisis y control de todo el proceso desde el propio viñedo, junto con sala de catas y cursos formativos dirigidos desde el público neófito al más experto, completándose con una amplia y generosa biblioteca, sala de exposiciones y otros espacios dedicados a dirección, administración y salas de reuniones.
Junto a la cocina, merece una mención singular la correspondiente al espacio de sala del restaurante. Es el reino de la luz que inunda toda la estancia por medio de varias cúpulas levantadas desde el exterior hacia el interior, pudiendo accederse directamente desde una de ellas al interior del restaurante. Sin duda, uno de los grandes atractivos que, unido a las espectaculares y panorámicas vistas sobre parte del viñedo mientras degustas sus vinos maridados con las elaboraciones del chef, Javier Corral, te elevan a lo sublime.
Aquí, en Bodegas Buezo, los elementos y materiales constructivos, como la piedra cuarcita y el cobre, la luz, el espacio, el paisaje y las almas que le dan vida, forman un conjunto redondo, sin aristas, armónico y equilibrado, en el que nada falta porque nada sobra, como la excelencia de sus vinos.
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