SEPTIEMBRE 2015
La Organización Internacional de la Viña y el Vino: Sus recomendaciones y efectos jurídicos - Primera parte
16 Septiembre 2015
La Organización
Internacional de la Viña y el Vino -en lo sucesivo OIV- es un
organismo creado por un Acuerdo Internacional, de fecha 3 de abril
de 2001 que sustituyó a la originaria Oficina Internacional de la
Viña y el Vino, con sede en Paris, creada en el año 1924 y cuyos
países fundadores fueron España, Francia, Italia, Portugal, Túnez,
Hungría, Grecia y Luxemburgo.
La OIV es un organismo intergubernamental de carácter científico y
técnico, con una competencia reconocida en el campo de la viña, el
vino, las bebidas a base de vino, las uvas de mesa, las uvas pasas y
otros productos derivados de la vid. Está compuesta por 46 Estados
miembros, pudiendo ciertos territorios y organizaciones acudir a los
trabajos de la misma en calidad de observadores. Entre los mismos se
encuentran organizaciones como la Asociación Internacional de
Juristas de Derecho de la Viña y el Vino, la Asamblea de las
Regiones Europeas Vitícolas, la Unión Internacional de Enólogos, la
Asociación Internacional de Sumilleres, El Centro de Recursos,
Estudio y Valorización de la Viticultura de Montaña, la región
autónoma de Ningxia Hui en China, etcétera.
Los objetivos de la OIV son los siguientes :
► Orientar y facilitar a los Estados miembros las medidas que
permitan tener en cuenta las preocupaciones de productores,
cosecheros, elaboradores, bodegueros, distribuidores, consumidores y
demás actores del sector vitivinícola.
► Prestar asistencia y asesoramiento a las otras organizaciones
internacionales, intergubernamentales y no gubernamentales, y en
particular a las que desarrollan actividades normativas.
► Contribuir a la armonización internacional de las prácticas y
normas existentes y, cuando sea necesario, a la elaboración de
nuevas normas internacionales a fin de mejorar las condiciones de
elaboración y comercialización de los productos vitivinícolas,
tomando en consideración los intereses de todos los operadores del
sector vitivinícola y, especialmente, de los consumidores.
Para la consecución de los objetivos expuestos, la OIV ostenta,
entre otras, competencias en los aspectos siguientes:
► La promoción, guía y orientación de las investigaciones y
experimentaciones de carácter científico y técnico.
► La elaboración, formulación de recomendaciones y seguimiento de su
aplicación, de consuno con sus miembros, sobre las condiciones de
producción vitícola, las prácticas enológicas, la definición y/o la
descripción de los productos, el etiquetado y las condiciones de
presentación y puesta en el mercado, los métodos de análisis y de
apreciación de los productos derivados de la vid.
► Efectuar propuestas a los Estados miembros sobregarantía de
autenticidad de los productos derivados de la vid, protección de las
indicaciones geográficas y áreas vitivinícolas, y denominaciones de
origen, así como sobre laprotección de las obtenciones vegetales
vitivinícolas.
► Contribuir a la armonización y adaptación de la normativa de sus
Estados miembros.
► Participar en la protección de la salud de los consumidores y
contribuir a la seguridad sanitaria de los alimentos por medio de
una vigilancia científica especializada, promoviendo y orientando
las investigaciones sobre las características nutricionales y
sanitarias apropiadas; a través de la difusión de la información
resultante de dichas investigaciones a los profesionales de la
medicina y la salud.
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