JUNIO 2020
Las necesidades formativas de la juventud en el medio rural - Primera parte
3 Junio 2020
Con la finalidad primordial de facilitar el relevo generacional y la incorporación de la juventud al medio rural bien formada y preparada, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha hecho público un estudio sobre sus necesidades formativas. Ello requiere la puesta en marcha de procesos de cualificación adaptados a las necesidades de los jóvenes y especialmente de procesos formativos prácticos que permitan a los jóvenes afianzar los conocimientos y aplicarlos posteriormente en sus respectivas explotaciones agrarias.
El estudio explora la puesta en marcha de un programa nacional de visitas formativas para jóvenes en explotaciones de acogida como herramienta para mejorar sus conocimientos, contrastarlos, facilitar su aplicación en las explotaciones que manejan y reforzar los procesos de incorporación de conocimiento y tecnología en el sector agrario.
El estudio analiza las necesidades de formación de los jóvenes en base a 4 parámetros: uno, los datos de incorporación de los 2 últimos períodos (2007-2013 y 2014-2020); dos, las características y las tendencias del sector; tres, el marco normativo de actuación y, cuatro, la realización de un cuestionario cumplimentado por 289 jóvenes agricultores y silvicultores.
Entre sus conclusiones, se confirma que uno de los obstáculos que impiden a los jóvenes dedicarse a la agricultura tienen su origen en las dificultades para el acceso a la tierra, a la financiación y al conocimiento, pero también influyen la disponibilidad de servicios en las zonas en las que residen y unas infraestructuras adecuadas.
Hasta el ejercicio 2018, se han incorporado 35.076 jóvenes en ambos periodos de programación (2007-2013 y 2014-2018). Esto supone una media (considerando 12 años) de 2.923 jóvenes por ejercicio. Del total de los jóvenes incorporados a nivel de toda España, el 71,92 % son hombres (25.228) y el 28,08 % son mujeres (9.848). Los mayores porcentajes de mujeres incorporadas se dan en la cornisa cantábrica (Galicia, Asturias y Cantabria). El mayor porcentaje de incorporaciones se produce en edades de 35 a 40 años. En las mujeres incorporadas se aprecia una mayor edad respecto a la de los hombres.
Entre las mujeres existe una mayor importancia porcentual de las mujeres incorporadas de fuera del sector respecto a los hombres.
Los datos señalan que las incorporaciones al sector no son capaces de revertir la disminución de activos en la profesión agraria. Frente a una media de incorporación de 3.061 jóvenes entre los años 2009 y 2018, se pierde un promedio de 3.845 registrados al año. Las incorporaciones aumentan a partir del año 2016, bien por el impulso a esta medida por parte de algunas Comunidades Autónomas (caso de Andalucía) o bien por el crecimiento de la demanda de incorporación (p.ej. en comunidades autónomas de la cornisa cantábrica).
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