El cabezo D’or es un macizo con una altitud de 1.200 metros muy valorado por los escaladores y amigos de la montaña, situado en el término municipal de Busot (Alicante), cerca de las bonitas y turísticas grutas y cuevas de Canalobre.
Desde la carretera CV-776 de Busot y junto a un aparcamiento de montaña hay varios senderos. Uno, en dirección Norte-Noroeste, nos lleva después de un recorrido muy abrupto y con unas panorámicas muy hermosas hasta la denominada casa del alemán o Casa de Gorges. A la derecha del camino, y frente a la casa, ascendemos por una senda, abrupta y empinada, que tras unos 15-20 minutos de dura ascensión, entre pinos, nos lleva directamente hasta las escombreras de la mina La Orcolana.
Nuestro amigo y compañero Chimo ha llegado con un compañero y su hijo, instalándose en la zona de la escombrera en plataforma. Mientras, Pedro-Pirita, Cristina y quien garabatea estas líneas ramonean por los alrededores. Sobre la plataforma de la escombrera en la que nos encontramos, hacia la izquierda hay un gran paredón sobre cuya base, y escondida por la vegetación y algunas rocas, se encuentra la boca de un túnel con forma de arco.
Nos acercamos a las ciclópeas paredes verticales situadas a unos 25 metros sobre la plataforma de la escombrera y nos topamos con un reducido grupo de escaladores ascendiendo por las mismas. Debajo de ellas encontramos algunas cavidades y el pozo principal de la mina sin protección alguna.
Unos 6 ó 7 metros por encima de abre una cavidad que al introducirnos y descender a ella se va estrechando paulatinamente hasta hacer casi imposible el paso de una persona, Posiblemente, aunque parece cegada, pudiera haberse unido con alguna galería que accediese al pozo principal.
A nuestro regreso a la escombrera comprobamos como Chimo y compañía no han perdido el tiempo. Han ido acumulando numerosas rocas caja de goethita con irisaciones. Los que ahora nos incorporamos extraemos la herramienta de nuestras mochilas y a partir. Todos conseguimos interesantes piezas de goethita y limonita y el muchacho que nos acompaña está loco de alegría con su primera experiencia montañesa y mineralógica.
Como en tantas salidas y excursiones, el tiempo se nos ha echado encima y tenemos que empezar a descender pues el calor a estas horas -13.30 horas- no nos da ninguna tregua. De regreso a Busot unos refrescos y unas cervezas nos alivian del sofocón mientras comentamos y hacemos chascarrillos de algunos momentos y situaciones de la jornada. Al final, todos hemos sentido alguna vez que los seres humanos no hemos soñado con nada más bello que la naturaleza de la que nuestros minerales son una parte esencial.
La tarde nos permitió hacer una visita a una bodega familiar más que centenaria. Se trata de Bodegas Cerdá, situadas en Hondón de las Nieves, provincia de Alicante, y nacidas en 1885. Cuenta con unas instalaciones adaptadas a la más elevada tecnología según pudimos constatar en todo el proceso de elaboración y embotellado de vinos tintos, blancos, rosados y espumosos. Se producen tintos de las variedades Tempranillo, Merlot, Shiraz y Petit Verdot. En los blancos, se encuentran autorizadas las variedades Airen, Chardonnay, Macabeo, Verdejo y Sauvignon Blanc. Elaboran también un rosado denominado lágrima con la variedad Petit Verdot.
Brevemente, pudimos admirar una exposición de carácter etnográfico, con muestras de antiguas máquinas de producción, una excelente colección fotográfica y numerosas herramientas y utensilios de labor para conocer y valorar las técnicas de trabajo de anteriores generaciones. En la bodega subterránea, a temperatura constante, los vinos reposan, crecen y evolucionan hasta limar todas sus aristas en barricas de roble americano y francés.
Después de esta primera, y rápida, visita, hemos convenido en volver con detenimiento para disfrutar en toda su extensión de esta bodega y degustar sus vinos.